Buenos días familias, ya han pasado 2 semanas desde que plantamos las acelgas y las lechugas. Estaban creciendo muy bien, pero con esa pinta tan buena que tenían los pájaros no han podido resistirse y se las han comido.
Nuestro espantapájaros Pepe que nos regaló la seño Luisa, llevaba ya 3 años con nosotros a la intemperie y ya estaba muy estropeado, le hemos encargado uno nuevo y lo va a realizar junto con sus niños de Educación Infantil.
Pero teníamos que pensar algo mientras, para evitar que entraran los pajaritos a comerse nuestras lechugas y acelgas, lo planteamos en clase y encontramos la solución, teníamos que forrar nuestro huerto con algo que evitase entrar a los pájaros pero a la vez si tenía que dejar pasar el sol, porque sino todo se secaría. Salieron ideas buenas, forrarlo con ventanas que dejase pasar el sol, lo malo que tendríamos casi que hacer obra jejejeje, también con plásticos pero eso daría mucho calor y secaría las plantas.
Al final encontramos la solución, malla de gallinero. Esto cumplía con todo lo que buscábamos, dejaría pasar el sol, no calentaría el huerto y evitaría que entraran los pájaros.
Así que encargamos un rollo de malla, y para colocarlo hemos utilizado 4 estacas colocadas en cada esquina del huerto, a estas estacas le hemos fijado la malla utilizando una grapadora y para la parte del tejado hemos colocado un trozo también de malla fijada únicamente por un lado con alambres, así hemos dejado una pequeña compuerta que se abre para poder regar el huerto, quitar malas hierbas o mover la tierra cuando fuese necesario.
También hemos movido la tierra del otro cajón del huerto y le hemos añadido un poco de estiércol, este fin de semana parece que va a llover un poco y así se quedará la tierra de este pequeño huerto preparada para poder salir en las próximas semanas a plantar las habas y rabanillos.
Os dejamos como siempre unas fotos del proceso y os deseamos feliz fin de semana.
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